Si la empatía tiene que ver con escuchar y atender el lenguaje verbal o no verbal del otro y conectar con las emociones de los demás para finalmente comprenderlas, ¿qué rol juegan los padres o cuidadores en el desarrollo de estas habilidades, aparentemente sencillas?
Neva Milicic nos dice que “la matriz emocional de la empatía se aprende en la familia y se desarrolla en forma temprana, cuando el niño percibe que sus emociones son comprendidas por los adultos”
Entonces, ¿cómo lo hacemos?
- Partamos por escuchar: detengamos lo que estamos haciendo y hagamos contacto visual mientras escuchamos atentos.
- Validemos sus emociones: démosle cabida a la presencia de sentimientos de enojo, rabia, tristeza, vergüenza, etc. Y hagámosle ver a nuestros niños que son comprendidos.
- Respondamos de manera empática: podemos usar frases como: “te debes haber sentido muy frustrado”, “si me hubiera pasado eso, posiblemente me sentiría de la misma manera”.
- Hablemos acerca de los probables sentimientos de los demás: ayuda a los niños a comprender al otro. “¿Cómo se debe haber sentido tu compañero cuando le dijeron esa ofensa?”, “¿Cómo te sentirías tú si te pasara algo así?”
Al educar la empatía en nuestros niños y enseñarles a conectar emocionalmente con los demás, les estamos regalando herramientas para ser buenos amigos y buenas personas, capaces de acoger al otro cuando está triste y de alegrarse con sus triunfos.
Andrea Ceballos