La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta el sistema nervioso central y causa problemas motores como temblores, rigidez muscular y dificultades para caminar y mantener el equilibrio.
Cuando se convive con una enfermedad de Parkinson (EP), la falta de movimiento, la lentitud y la rigidez pueden ser molestas. En concreto, la lentitud puede ocasionar debilidad y diversas molestias asociadas a los síntomas motores de la enfermedad. Así, la realización de ejercicio físico de forma regular puede mejorar su movilidad global y su calidad de vida. (Sociedad Internacional de Parkinson y Trastornos del Movimiento)
Los beneficios de mantener una rutina activa de ejercicios físicos son: Mejorar la función motora (fuerza muscular, flexibilidad y equilibrio), reducir el riesgo de caídas, mejorar del bienestar emocional y mejorar de la calidad de vida en especial la capacidad de mantener la funcionalidad en la ejecución de las actividades diarias y participación activa en actividades sociales.
Al elegir actividades físicas para personas con enfermedad de Parkinson, es importante tener en cuenta sus necesidades individuales y limitaciones. Algunas actividades que pueden ser útiles incluyen:
Ejercicio aeróbico: El ejercicio aeróbico puede mejorar la capacidad cardiovascular y respiratoria, así como la función motora en personas con enfermedad de Parkinson. Algunos ejemplos de ejercicio aeróbico incluyen caminar, andar en bicicleta, nadar y bailar.
Ejercicios de fuerza: Los ejercicios de fuerza pueden mejorar la fuerza muscular y la función motora en personas con enfermedad de Parkinson. Algunos ejemplos de ejercicios de fuerza incluyen levantamiento de pesas y ejercicios con bandas de resistencia.
Ejercicios de equilibrio: Los ejercicios de equilibrio pueden mejorar el equilibrio y la postura en personas con enfermedad de Parkinson, lo que puede reducir el riesgo de caídas. Algunos ejemplos de ejercicios de equilibrio incluyen caminar sobre una línea recta y pararse en una pierna.
Otra alternativa de actividad física es el Yoga y Tai Chi, las cuales permiten mejorar la estabilidad y otros problemas comunes asociados a la enfermedad. (New England Journal of Medicine, 2012)
Es importante que las personas con enfermedad de Parkinson consulten a su médico antes de comenzar cualquier programa de actividad física y trabajen con un fisioterapeuta o entrenador personal capacitado para desarrollar un programa seguro y efectivo.
Carlos Rodriguez Pinto
Terapeuta ocupacional
Magister en actividad física y salud